Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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1481
Legislatura: 1893-1894 (Cortes de 1893 a 1895)
Sesión: 13 de mayo de 1893
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Réplica
Número y páginas del Diario de Sesiones: 31, 927-928
Tema: Retirada de la minoría republicana

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene V. S.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): El Gobierno ha oído con pena las palabras del Sr. Pí y Margall, en las cuales manifiesta al Congreso que la minoría republicana se retira de las sesiones de esta Cámara. Pero mi pena se ha aminorado algo sabiendo que su retirada es provisional, y todavía mi pena sería mucho menor si esta retirada provisional fuera por muy poco tiempo.

Pero me ha de permitir el Sr. Pí y Margall que le diga que, en concepto del Gobierno, la resolución que adopta la minoría republicana es completamente infundada; porque no ha habido agravio ninguno inferido a esa minoría, ni en su colectividad, ni en los dignos individuos que la constituyen, y porque, además, no hay nada, absolutamente nada, que haya podido menoscabar la libertad y la independencia que tienen aquí todos y cada uno de los diputados, todas y cada una de las colectividades políticas que forman el Parlamento.

Este es, después de todo, un régimen de mayorías. Vosotros, dentro del Reglamento, presentasteis todas las proposiciones que tuvisteis por conveniente; muchas; no califico ahora su número ni la conducta acerca de ellas, de esa minoría; pero en fin, hicisteis lo que el Reglamento os permitió, y más pudierais haber hecho si más hubierais querido hacer. Y después de haber presentado vosotros tantas proposiciones incidentales, ¿no habéis de conceder a la mayoría igual derecho a presentar una proposición incidental?¿No estaba la mayoría en su derecho presentando, dentro del Reglamento, una proposición incidental, cuando vosotros habíais hecho uso de ese mismo derecho para presentar veinte proposiciones incidentales? Pues si la mayoría estaba en su derecho al presentar la proposición que se votó, ¿en qué se os ha ofendido al aprobarla? ¿En qué se ha coartado vuestra libertad? ¿No es este un régimen de mayorías? Pues la mayoría, después de respetar vuestro derecho, decidió lo que tuvo derecho a decidir. ¿No ha sucedido otro tanto con la resolución que vosotros habéis expuesto, pues la habéis tomado por el voto de una mayoría, y la minoría se ha sometido a la mayoría, dentro del partido republicano, sometiéndose los menos a los más?

Y a fe a fe que la mayoría vuestra, la que ha decidido vuestro retraimiento, no ha tenido la importancia que tuvo la mayoría que ayer aprobó aquella proposición que tanto os ha disgustado; porque ésta se aprobó por una gran mayoría. ¿Por cuánta mayoría ha sido tomada la resolución que acaba de manifestar el Sr. Pí y Margall? (Muy bien, muy bien.) Si el Sr. Pí y Margall me lo quisiera decir, yo se lo agradecería mucho, porque, cuanto menor sea esa mayoría, menos importancia tendrá el acuerdo que S. S. acaba de comunicarnos, y menor será, probablemente, su duración, que es lo que nosotros deseamos, porque no hay motivo ninguno para adoptar resolución tan extrema.

Estáis en vuestro derecho adoptando esa resolución; si la adoptarais con razón, nuestra conciencia no quedaría tranquila; como no tenéis razón, queda tranquila la conciencia; pero nuestro sentimiento es grande, porque queremos ver aquí representadas todas las ideas, todas las agrupaciones, todas las colectividades políticas que existen en el país; y porque, además, ahora queremos verlas representadas con un mayor motivo, porque pronto hemos de ocuparnos especialmente en cuestiones administrativas y económicas, que importan por igual a todos los partidos políticos, porque importan al país en general. (Muy bien.)

Después de todo, ¿qué ha pasado aquí? ¿Qué gran suceso ha ocurrido que pueda justificar medida tan grave? ¿Qué libertad, qué derecho queda vulnerado? ¿Qué ofensa se os ha hecho? ¿Es que alguno de vosotros cree que se ha inferido humillación alguna a su dignidad? ¿Es que se ha lastimado siquiera la dignidad de la colectividad republicana, de la minoría en general?

¿Se os ha ofendido en algo? Pues sólo en este caso podría estar justificada vuestra retirada, siquiera sea pasajera y aun momentánea; de lo contrario, Sr. Pí y Margall, no tiene razón la minoría republicana para adoptar esa resolución, que si la tuviera, al sentimiento que nos produce su ausencia temporal, tendríamos que añadir la perturbación de nuestra conciencia, que afortunadamente en este caso queda muy tranquila por no haber contribuido ni en poco [927] ni en mucho ni en nada a semejante resolución. No tengo más que decir.

El Sr. PI Y MARGALL: Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene S. S.

El Sr. PI Y MARGALL: El Sr. Presidente del Consejo de Ministros siente que la minoría republicana se retire. La minoría republicana siente despedirse de la mayoría.

El agravio principal que se le ha inferido, es condenarla por hambre y por sueño durante cincuenta y cuatro horas a estar aquí discutiendo, y no dejar siquiera que acabáramos nuestra campaña. Primeramente intentasteis cortarla por una proposición en que quisisteis que se diera por suficientemente discutido el asunto. Después de retirada aquella proposición por haberla creído vosotros mismos inconveniente, habéis venido en el día de ayer presentando un proyecto de autorización para que el Gobierno pudiera desde luego aplazar las elecciones, cuando nuestro propósito, cuando nuestra esperanza, cuando nuestro interés de partido nos llevaban a impedir que las elecciones se aplazaran.

¿Creéis vosotros que se da una autorización al Gobierno por medio de una proposición incidental? ¿No sabéis acaso que las autorizaciones para suspender el efecto de las leyes son proposiciones interesantísimas, las cuales es necesario que sigan todos los trámites de un proyecto de ley? ¿No habéis faltado con esto a la Constitución, y no habéis faltado al Reglamento? Nosotros, por tanto, estamos en nuestro derecho retirándonos, no del recinto augusto en que se elaboran las leyes, sino del recinto en que se puede violarlas. Nosotros no somos ahora los árbitros de la vuelta al congreso, y ya os lo he dicho: vuestra conducta, los intereses de partido que defendemos y los intereses generales del país, decidirán cuándo debemos volver a este Congreso. Cuando los intereses generales del país lo exijan, no faltaremos a nuestro deber, porque nosotros tenemos en más los intereses generales del país que los intereses de nuestro propio partido.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Pido la palabra. (El Sr. Pí, que se disponía a salir del salón, vuelve a sentarse.)

El Sr. PRESIDENTE: La tiene S. S.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Dos palabras, Sr. Pí (El Sr. Pí y Margall: No acabaremos nunca.) Para decirle que padece S. S. un error, y que si se ha fundado en eso la retirada de la minoría republicana, debe volver sobre su acuerdo.

Aquí no se trata de autorización ninguna, ni el Gobierno va a hacer uso de ninguna autorización (Un Sr. Diputado: Ya lo ha hecho), sino que, interpretando los sentimientos de las cámaras, ha tomado por sí una resolución bajo su exclusiva responsabilidad. Vuestro deber es, en vez de abandonar ese puesto, venir a discutir esa resolución y a exigir la responsabilidad al Gobierno. Aquí no entran para nada las Cámaras; el Gobierno ha tomado esa resolución porque la cree conveniente a los intereses del país, pero bajo su responsabilidad, para responder de ella ante las Cámaras y ante la minoría republicana.

Vuestro deber era exigir la responsabilidad al Gobierno, y aquí estamos para contestaros.

Por lo demás, si SS. SS. se retiran porque les hemos obligado a estar aquí cincuenta y cuatro horas, se comprende que se hubieran retirado cuando se tomó el acuerdo; pero cuando tomamos el acuerdo contrario, es decir, cuando tomamos el acuerdo de poner término a la molestia que os causaba la prórroga de la sesión, no parece natural que se retiren; al contrario, más natural parecería que nos aplaudieran. (Risas.)

Si la vuelta de la minoría republicana depende de lo que le aconseje la defensa de los intereses del país, ¿por qué se va ahora, cuando vamos precisamente a discutir inmediatamente lo que más afecta a los intereses del país, que son los presupuestos? (Muy bien.) ¿No están ya en la Comisión? ¿Por qué no van SS. SS. a la Comisión, y por qué se van de aquí, dejando indefensos por su parte aquellos grandes intereses que están por encima de los intereses de la minoría republicana y de todos los partidos? Vuestra retirada ni tiene explicación ni responde a ningún gran interés. (Muy bien, muy bien.)



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